jueves, 28 de noviembre de 2013

Epilogue.



Habían pasado poco más de cinco años desde aquel día de San Valentín.
Un niño pequeño y con rizos correteaba jugando con un perrito bajo la atenta mirada de los dos chicos que lo acompañaban.
Nath no dejaba de vigilar a su hijo, pensando lo mucho que le recordaba a Él.
Kuro había estado ingresado varios meses más en el hospital, siendo visitado todos los días por Nath y varias veces por Kandy, Jak, Natsu, Kou, Nacho e incluso Nazz.
Todos habían puesto de su parte para que el chico no lo pasara mal, y él había hecho lo mismo con los demás.
Kuro luchó con fuerza durante aquellos meses, pero el cáncer pudo con él. A Nath le costó mucho asimilar la muerte de su amado e incluso se había encerrado en casa y había dejado de entrenar y estudiar unos meses.
Kou y Natsu estaban tan preocupadas por él que habían optado por regalarle el perrito para que, al menos, saliera para pasearlo.
Aunque su padre no quería saber nada de su sexualidad, le había dado trabajo en su empresa y, acabados los estudios, se fue a vivir con Nacho que se había dedicado a la carrera deportiva. Los chicos nos eran pareja pero seguían siendo muy buenos amigos. Kuro no había contado a Nath los sentimientos de Nacho y Nacho tampoco se esforzó.
Un par de años después de asentarse, pasó junto a un parque recordando la promesa que le hizo Kuro, optando por adoptar al niño que le había jurado.
Nath no había contado nada a Kou ni Natsu sobre el pequeño, y había hecho jurar a Kandy y Jak que tampoco dirían nada.
A Kandy le había afectado mucho la muerte de Kuro. Se había encerrado varios meses en su cuarto y hasta Jak se asustaba a veces de ella. Al morir su hermano y tutor, a Kandy la adoptó un hombre que llevaba una clínica para gente con problemas.
Jak no había conseguido tener una relación seria con ella, pero eran inseparables. La chica, de ahora 18 años, solía ir a jugar con el niño que le encantaba cogerla de las coletas.
Y allí estaban los cuatro: Nath, Nacho, Princeso y el niño de 3 años; esperando a los demás.
Nacho no tenía pegas con el niño; le recordaba tanto a Kuro que le quería como si fuese su propio hijo aunque no tuviera el derecho sobre él. El deportista miró a su amigo que estaba serio y triste como cada aniversario de la muerte de Kuro. Nacho suspiró y le puso la mano en la pierna mientras el niño se acercaba a ellos, abrazándose a sus piernas.
-¿Cando venen las itas, api?
Nathan miró al pequeño, sonriendo con dulzura como cada vez que lo veía, mientras se agachaba a cogerle en brazos.
-Ya no tardarán, mi rey –Susurró, besándole en la mejilla-¿Jugamos a un juego? Tú vas a ir con Princeso a esconderte, pero donde papá no te pierda de vista; y cuando aparezca la chica de pelo azul te abrazas a ella. Verás que susto y que diver. ¿Verdad, tito? –Dijo, mirando a Nacho con una sonrisa
-Claro -Dijo Nacho, sonriendo al pequeño- Corre, corre, escóndete con Princeso
El niño se movió sonriendo ante el juego y bajó de los brazos de su padre, echando a correr para esconderse con el perrito.
Nacho sonrió al verlo y miró luego a Nath.
-¿Crees que les gustará?
Nathan asintió mientras miraba al pequeño.
-Estoy seguro. Es un amor de niño, y además es nuestro hijo. Les encantará y me reñirán –Rio suavemente a lo que Nacho le imitó
-Seguro
Nacho sonrió, sin quitar vista al niño, pudiendo observar las cuatro personas que se acercaban desde lejos. Kandy y Jak habían ido a recoger a Natsu y Kou al aeropuerto porque se habían ido a vivir fuera por cuestión de trabajo. Kou se había teñido, pero eso ya lo sabían. Nath permanecía en contacto con ellas salvo para hablar del niño del cual no sabían nada.
Kandy y Jak iban delante, cogidos de la mano. La muchacha miró a Nath preguntándose donde estaría el niño pero no quiso decir nada por si fastidiaba alguna sorpresa.
Kou y Natsu, aunque tristes, no pudieron evitar sonreír al ver a Nath, lanzándose a abrazarle. Nathan las imitó al momento. Aunque fuera el día que era, se alegraba muchísimo de verlas.
-¿Cómo estais? –Susurró el chico
-Genial –Reconoció Natsu- ¿Y tú?
-Perfecto –Respondió Nath mientras miraba al niño que comenzó a acercarse corriendo tras una señal de Nacho. A pesar de estar tan lejos, corría con los brazos extendidos dispuesto a abrazar, haciendo que Nacho y Nath sonrieran. El pequeño corrió hasta las dos chicas, abrazándola.
-¡Itaaa!
Kou se sobresaltó cuando algo le agarró la pierna y más cuando chilló llamándola "Tita". La ahora pelirosa miró al niño y luego a Nath y Nacho.
-¿Qué es esto, Nath?
-Vuestro sobrino –Respondió mientras cogía a su hijo en brazos y le daba un besito-Muy bien, cariño
Natsu miró al niño con ojitos mientras este reía porque la broma había salido bien.
-¡Que monada! -Chilló, cogiéndole la carita- No sabía que Nacho y tú...
-Es suyo y de Kuro -Se apresuró a decir el deportista mientras el niño se estiraba hacia él- ¿Qué pasa, cielo?
-Vamo a ve a api
-¿Os importa que nos adelantemos? -Dijo Nacho a los demás
-Vamos contigo -Dijo Kandy, sonriendo al pequeño- Vamos a ver a papi
-Gracias, Nacho –Dijo Nathan dándole el niño a Kandy que enseguida se puso a jugar con una de sus coletas
-La tata huede ben
-Claro, a chuches –Reía Kandy mimándole mientras caminaba con Jak y Nacho
Nath los miró sonriendo y suspiró, girándose después a la otra pareja.
-Prometí a Kuro en su día que tendríamos un hijo juntos, y no quería dejar que esa promesa se perdiera. Kuro era mi vida… Y aunque ya no esté aquí, sigue siéndolo
-No has querido pasar página ¿Eh? -Dijo la ahora pelirosa, cogiendo la mano de Natsu, caminando con Nath hacia donde iban los demás
-No pienso hacerlo. Me gusta esta historia –Reconoció Nath, acercándose a los demás
Las chicas lo miraron apenadas, observando al grupo. Kandy y el niño estaban arrodillados ante la tumba de Kuro. La muchacha le había dado una flor, dejando que la pusiera en el jarrón que acompañaba la lápida.
No estaba triste. El pequeño sabía todo sobre su otro papá pero no estaba triste nunca. Kandy miró a Nath llegar, levantándose para dejarle a él con su hijo, sonriendo suave.
-Todo tuyo
-Gracias, pequeña –Susurró, dándole un beso en la cabeza y sentándose después con su hijo junto a la tumba-¿Ya has hablado con papi? ¿Le has dicho que conociste a las titas? –Nath abrazó a su hijo en su regazo mientras el niño asentía a todo-¿Le has dado besos de parte de papá? –Nathan comenzó a jugar con sus ricitos como hacía con los de Kuro- ¿Y que le quieres? ¿Le dijiste eso?
El niño asentía contento ante la mirada de los demás que sonreían suavemente.
-Ije que en zu cumpe le voy a taed un degalo. ¿Podemos venid? -Preguntó el pequeño con ternura, mirando la foto que había en el colgante que su padre le había regalado. Iba a ser el regalo de San Valentín de Kuro; pero había acabado en su cuello. Se trataba de un collar con la foto de sus dos padres
Nathan sonrió y asintió.
-Claro mi amor –Susurró-Piensa algo bonito para traerle
El pequeño asintió mientras Nacho le extendía la mano para que se levantara.
-Dejemos a papá con papi y las titas
El niño asintió sonriendo y lanzó un besito a la tumba, alejándose un poco con Nacho, Kandy, Jak y el perrito. Nath aprovechó para coger una rosa y dejarla en la tumba, mirando la foto en la lápida, acariciándola.
-¿Cómo estás mi vida? ¿Has visto? Hemos venido todos a verte. Toda la familia está aquí para decirte que te queremos y que jamás te borraremos de nuestros corazones. Estoy seguro de que Dylan te cuida y de que estás feliz junto a él y viéndonos felices a nosotros. Espero que no nos olvides cuando llegue nuestro momento y que nos guíes a seguir el buen camino. Estés donde estés siempre seremos el uno del otro, pero sé que te están cuidando ahí arriba y por eso sonrío cada día. Te amo. Te amo muchísimo –El trío se secó las lágrimas con suavidad mientras Nath se levantaba, sonriendo a las otras chicas- ¿Os venía a cenar esta noche?
-Claro -Dijo Kou sonriendo mientras terminaba de secarse las lágrimas, dejando una rosa en la tumba y mirando al pequeño que corría con el perrito, vigilado por Nacho y Kandy- ¿Nacho quiere al pequeño?
-Como si fuera suyo –Reconoció Nath, abrazándolas en condiciones- Os he extrañado muchísimo
-Nosotras también -Contestó su prima correspondiendo- Pensábamos que posiblemente hubieras acabado con Nacho...
Nath negó.
-Nacho es muy mono… Pero nadie como Kuro
Kou y Natsu le sonrieron, viendo como Nacho se agachaba ante el pequeño poniéndole el mismo gorro de lana con orejitas que le regaló a Kuro. Nath sonrió al ver eso, mordiéndose el labio.
-Es un niño precioso ¿Verdad?
-Lo es...
Kou miró al niño y al gran parecido que tenía con su hermano, mirando después a su ex cuñado.
-¿Cómo se llama?
Nathan sonrió mirando a Kou.
-Kuro Skelleton O’Brian
Kou y Natsu lo miraron impresionadas y luego sonrieron viendo al niño. Seguro que en alguna parte, el tocayo del pequeño también sonreía al ver a la familia tan unida.

martes, 26 de noviembre de 2013

Cáp. 30: Trust me.

El día de instituto había acabado. Natsu, Kou y Kuro habían pasado por el entrenamiento como habían prometido, animando a Nath y Nacho. 
Kuro se había esforzado en hacer ver a las chicas que estaba bien y esa era la mejor forma así que siguieron animando hasta que el entrenamiento acabó y Nath salió a buscarles, acercándose a las gradas, totalmente sudado sin querer acercarse mucho, pero repartiendo besos a los tres.
-Gracias por venir –Les dijo, riendo mientras se sentaba, agotado- Bueno, chicas. ¿Qué vais a hacer hoy?
-Es una sorpresa –Dijo Kou intentando aparentar total tranquilidad
-Pues ya me diréis si ha sido bonita –Comentó Nath con una risa- Voy a ducharme. Esperadme, os veré enseguida
Nath bajó las gradas con algo de prisa pues Nacho le esperaba, saludando a los otros chicos con una sonrisa. Los tres se despidieron de Nath mientras Nacho hacía una seña a Kuro de que lo llamaría luego a lo que el chico del gorro asintió, siguiendo a su gemela y su cuñada cuando bajaron las gradas para esperar en la puerta del insti al rubio.
Kuro daba vueltas a como decirle a Nathan lo de su enfermedad y en cómo podría evitar que se enfadara con él por ocultárselo durante tanto tiempo. El chico se frotó el brazo, suspirando mientras esperaba hasta que lo vio aparecer con Nacho que levantó un paquete para enseñárselo a Kuro mientras Nath reía y le daba un codazo.
-No le enceles, cabrón –Dijo el rubio mientras el otro se frotaba las costillas y se acercaba a los demás- ¿Nos vamos? Nacho dice que nos acompaña un poco
-Claro, está bien -Dijo Kou, cogiendo a su novia de la cintura y empezando a caminar
-¿Qué, calzoncillos? -Le dijo Kuro a Nacho cuando se acercó, mirando el paquete y sonriendo mientras cogía la mano de Nath y las seguía- ¿Te vas a venir a hacer un trío?
-Oye pues si me haceis un hueco –Dijo el aludido mientras reía-Y con las chicas también –Bromeó
-Pues no meas tú alto ni nada –Le dijo Nath riendo mientras caminaban
Kuro sonrió leve, abrazándose al brazo de Nath. Las chicas también sonreían pero no tenían tanta confianza con Nacho así que no siguieron el tema.
Todos hablaban animadamente hasta que Nacho tuvo que desviarse, despidiéndose con la mano, dejando a los demás seguir sus caminos hasta la casa de Kou y Kuro.
Nath abrazaba a su novio mientras caminaba, dándole suaves besos en la cabeza. Kuro sonrió, acariciando sus brazos hasta que llegaron a su casa.
-¿Voy a tu casa a las 9 entonces?
-Claro. Allí te esperaré –Nath acarició su mejilla, sonriendo-Nunca olvidarás esta noche
-Eso espero
Kuro le cogió la cara besándole dulce, un beso como todos pero muy distinto. Queria demostrarle que le amaba. Nathan puso las manos sobre las de él, siguiendo el beso, acariciándole como si de una suave nube se tratase hasta que se separaron, humedeciéndose los labios.
-Espero que se pase rápido la tarde –Susurró el castaño
-Yo también. Y que la noche se pase lenta –Dijo besándole en la nariz y besando a las chicas en la mejilla después- Pasarlo bien, reinas. Nos vamos viendo
Nath volvió a besar a Kuro y comenzó a caminar hacia casa con la bolsa de deporte. El chico castaño lo miró y suspiró mientras se metía en el portal con las otras chicas y subían a la casa. Natsu y Kou lo miraban, sabiendo que estaba triste y nervioso; pero recordarle lo que le pasaba no era una mejor forma de animarle.
-¿Qué haréis ahora? –Preguntó Kuro, para romper el silencio
-He conseguido entradas para un musical –Dijo Kou- Nos ducharemos, nos prepararemos e iremos
-Espero que lo paseis muy bien –Contestó el chico con una sonrisa
-Iremos a ver uno contigo y con Nathan cuando no sea San Valentín –Prometió Natsu
-Me parece bien
Kou abrió la puerta de la casa, tosiendo de golpe por una humareda que había. Kuro y Natsu se miraron y entraron con ella corriendo a toda prisa por si algo se quemara.
Kuro llegó a la cocina, la procedencia del humo, viendo a Kandy con todo patas arriba, intentando apartar el humo del horno con un trapo mientras tosía.
-¿Kandy? ¿Qué ha pasado?
La niña se giró asustada al oír a su hermanastra, dejando caer un pastel chamuscado al suelo. Los tres recién llegados observaron el postre, sonriendo de lado.
-¿Qué hacías? –Preguntó Kuro, acercándose a ella
-P-pues quería hacer un pastel a Jak… Pero no me sale bien –Dijo Kandy, manchada de todos los ingredientes que un pastel pudiera llevar
Kuro sonrió, acariciándole el pelo.
-¿Quieres que te ayude?
-¿Lo  harías?
-Claro
Kandy dio un salto y un gritito abrazándose a su hermano mientras las otras chicas sonreían con dulzura.
-Os dejamos entonces, vamos a ducharnos –Dijo Kou, cogiendo a Natsu de la mano
-Pasadlo bien y guardadme un trocito –Dijo la peliazulada con una sonrisa, siguiéndola
Kuro les sonrió y luego se giró a la pequeña.
-Dame cinco minutos y estaré contigo
El chico se fue a su habitación, volviendo a los pocos minutos con algo de ropa más cómoda. Pocas veces tenía tiempo que pasar con Kandy, y si de verdad no tenía esperanzas quería aprovechar ese.
Ambos hermanos cocinaron y hablaron sobre mil cosas mientras iban añadiendo ingredientes. Kandy observaba atenta a su hermano, feliz de que pudiera ayudarle. La niña vio como Kuro metía el pastel al horno y se lanzó a abrazarlo con fuerza.
-Gracias, Kuro –Le dijo con ternura- Hacía mucho que no pasábamos un rato juntos
Kuro se sorprendió a esas palabras y sus ojos se llenaron por un momento de lágrimas de emoción, correspondiendo su abrazo y sonriendo. Kandy sonrió, mirándole.
-Te quiero, Kuro
-Y yo, mocosa -Kuro le revolvió el pelo y ella rio. Con eso había cubierto prácticamente la tarde así que se quitó el delantal, dejándolo tras la puerta- Tengo que ir a ducharme. El horno se apaga solo, luego me dices si a Jak le ha gustado
-¡Sí!
Kuro sonrió y se dirigió al baño, dándose una ducha relajante. Se aseó sin ninguna prisa, mirando el móvil al salir, encontrando una llamada de Nacho. Kuro la observó y se secó un poco el pelo para poder llamarle, esperando que lo cogiera.
El deportista ordenaba la casa, cogiendo el móvil al oírlo, sonriendo al mirar el número.
-¿Kuro? ¿Qué tal? Me preguntaba si podrías pasarte por mi casa antes de ir a casa de Nath para darte lo que te prometí
-Claro -Dijo el castaño- Estaba duchándome, por eso no te lo cogí. Me visto y voy para allá
-Perfecto. Te esperaré
Kuro colgó el teléfono y se apresuró en secarse y vestirse. Ese día quería vestir con la ropa que mejor le quedaba. ¿Por qué no usar la ropa de la fiesta que fue la primera en la que Nath se fijó?
Se peinó un poco, poniéndose el gorro y se delineó los ojos. El chico castaño cogió el bolso y el casco de la moto y se despidió de Kandy con un beso en la cabeza.
Pensaba ir en moto porque iba con el tiempo justo y así llegaría antes a casa de Nath también. Bajó a la calle y cogió el vehículo, dirigiéndose a casa de Nacho que le recibió en la puerta con una sonrisa.
-No sabía que te ibas a poner guapo para venir a verme –Dijo bromeando
-Anda ya -Dijo Kuro una vez aparcado y quitándose el casco- Creo que la moto me marea pero sino no tengo tiempo
-Si quieres luego te acerco yo por si acaso
Nacho dejó que Kuro entrara en la casa, cerrando tras él. Todas las viviendas de la zona eran iguales por lo que a Kuro no le costó encontrar similitud con la casa de Nath. Nacho guió al chico del gorro hasta su cuarto, lleno de miniaturas de coches y motos y posters de deportistas.
-Siéntate. Voy a por el detalle –Dijo Nacho mientras salía
Kuro, como siempre, se fijó en cada detalle de la habitación. Le gustaba fijarse en esas cosas porque reflejaban mucho como era alguien.
El chico esperó, sentándose en la cama, mirando un poster cuando Nacho llegó con una bolsa pequeña, dándosela.
-Es una tontería pero me recordó a ti
-No tenías por qué… -Protestó Kuro, mirando la bolsa
-No es nada. Es sólo un detallito
Nacho se sentó en el suelo frente a Kuro que sonrió suave, abriendo el regalo y viendo un gorro como el que él solía llevar pero con orejitas. Los ojos del castaño se iluminaron y Nacho rio, arrodillándose para quitarle el gorro viejo y ponerle el nuevo.
-Te dije que era una tontería pero me recordó a tu sudadera y con esto no se te tapa la cara
Kuro enrojeció, sonriendo al verlo, ajustándoselo.
-Me encanta -Dijo, mirándole después y sonriendo con dulzura- Gracias, Nacho...
Nacho le miró, mordiéndose el labio inferior.
-¿En serio te gusta?
Kuro asintió.
-¿Tienes un espejo?
-Claro –Dijo el deportista, cogiéndole de la mano y llevándolo al baño, poniéndose a un lado tras dejarle frente al espejo
Kuro se miró el gorro, sonriendo. A Nath le iba a volver loco.
-Me encanta -dijo sonriéndole desde el reflejo- La verdad, no acostumbro a recibir regalos... Y cualquier chuminada me enamora
Nacho le escuchó, acercándose a él sin poder aguantar el abrazarle por la espalda y apoyar la cabeza en su hombro, mirando el reflejo.
-¿Crees que si Nathan no hubiera existido te habrías fijado en mí? –Murmuró, mirándole con ojos apenados
Kuro se sorprendió ante ambos gestos y las palabras. El chico castaño le miró a través del reflejo, esquivando su mirada al verla tan triste.
-Si te soy sincero... Me fijé en Nath porque a pesar de todo insistió... Y si no se hubiera chocado conmigo posiblemente ni siquiera habríamos hablado... -Dijo, intentando mantenerse calmado
-Eso no responde a mi pregunta –Suspiró Nacho, apartándose- Realmente creo que no hay nadie para mí. A lo mejor por eso me fijé en Nathan y en ti; me hacíais caso… No como me hubiera gustado pero al menos no me sentía tan solo
-La verdad es que mi primera impresión de ti no fue buena por todo lo que provocaste... Pero eres muy buen chico -Dijo Kuro, mordiéndose el labio-Eres demasiado bueno
Nacho lo miró sonriendo leve, volviendo a la habitación y sentándose en la cama.
-¿Te puedo ser sincero?
-Claro -Dijo tras seguirle
-Estos meses siendo tu amigo han sido increíbles y no quiero por nada de este mundo que te suceda algo. Así que si tenemos la más mínima oportunidad de curarte, lo haremos sin importar lo que cueste. Yo lo cotizaré
Kuro le miró sin poder evitar sonreír, besándole en la mejilla.
-Gracias, Nacho...
Nacho no lo pudo aguantar y giró la cara, logrando besarle. El deportista agarró la camiseta del otro chico, tirando hacia sí para que no se separara.
Kuro no se esperaba esa reacción y menos que lo agarrara. Empujó a Nacho del pecho, intentando separarse, echando a un lado la cara.
-¡No! -Exclamó el castaño- Nacho, por favor... No hagas esto. No lo estropees -Le suplicó, intentando que soltara la camiseta
Nacho le escuchó y se apartó soltándolo, avergonzado y arrepentido por lo que acababa de hacer.
-L-lo siento… Y-yo nunca he sido así… Creo que es el miedo a perderte –Nacho se había puesto de pie, suspirando, fijándose en el bote de colonia que solía usar ante la mirada del castaño que se sorprendió cuando se la ofreció- Quédatela. Quiero que si te sientes solo la uses para que veas que yo quiero estar siempre para apoyarte
Kuro miró la colonia cogiéndola, algo agobiado por lo que estaba pasando. Cuando Andrew le besó le había partido la nariz, pero Nacho le había besado dos veces y él...
-Tengo que irme -Dijo a toda prisa, cogiendo la mochila y el casco-Llego tarde. Gracias por todo
Kuro salió prácticamente corriendo de la habitación sin darse cuenta que había dejado su gorro encima de la cama de Nacho y que llevaba el de orejas que le había regalado.
Nacho dejó que se fuera sin oponer resistencia, fijándose en el gorro sobre la cama, sorprendiéndose. El deportista lo cogió, saliendo a toda prisa.
-¡Kuro, espera! ¡Tu gorro!
Kuro ni siquiera podía oírle, estaba agobiado y eso le había provocado que le faltara el aire. Montó en la moto sin arrancarla, comenzando a toser sin poder controlarse.
Su mano se llenó de sangre y todo se volvió borroso, acabando por perder el sentido.
Nacho se quedó blanco al ver como caía, con la moto sobre su pierna. El chico se acercó corriendo apartando el vehículo y cogiendo al otro muchacho, intentando que reaccionara, suplicando que reaccionara y acabando por llamar a la ambulancia cuando vio que no lo conseguía. Esta no tardó en llegar, llevándose a ambos chicos al hospital.
Mientras tanto, Nath daba los últimos retoques a todo.
Había preparado lasaña de carne, que a Kuro le encantaba, y una mouse de chocolate con láminas de fresa. Tras preparar el baño grande, Nath había bajado al salón mientras miraba el reloj con impaciencia. Ya eran las 10 y Kuro no solía retrasarse, y menos sin avisar.
-Este chico… Mira que llegar tarde justo hoy
Nathan suspiraba con un nerviosismo poco habitual en él. Estaba inquieto y algo ansioso por saber dónde se podía haber metido su novio.
Llevaban más de una hora en el hospital y acababan de ingresar a Kuro. Nacho estaba nervioso, no podía evitar las lágrimas, con el móvil de Kuro en la mano pues había olvidado el suyo. El deportista marcó el número de su compañero, mordiéndose el labio.
Nath, asustado por la imprevista llamada, contestó algo agobiado.
-¿Princeso? ¿Dónde estás? Llevo esperándote más de una ho…
-Nath... Ven al hospital enseguida...
-¿Nacho? –Nath se apartó del teléfono mirando el número de llamada- ¿Qué haces con el móvil de Kuro? ¿Dónde está él? ¿Está bien? –Dijo soltando cada pregunta de carrerilla sin darle tiempo a Nacho a contestar
-Tú ven ¿Vale? -Nacho no podía hablar y en su voz se notaba que lloraba
-Enseguida…
Nathan colgó el móvil y salió de casa cerrando de un portazo, cogiendo el coche. No le gustaba nada la situación. ¿Por qué Nacho tenía su móvil? ¿Por qué tenía que verlo en el hospital? ¿Qué le había pasado a Kuro? ¿Por qué Nacho no respondía sus preguntas?
Miles de preguntas se aglopaban en la cabeza de Nathan mientras conducía a toda prisa. Nacho esperó a que Nath llegara, paseando por la entrada. Se sentía culpable, él lo había agobiado. Todo era su culpa. El deportista alzó la cabeza cuando su amigo apareció corriendo, cogiéndole de los hombros.
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde está? ¿Por qué tienes su móvil?
-Ha sido culpa mía -Confesó Nacho, secándose las lágrimas-Quería darle un regalo, le dije que viniera a mi casa y se agobió
-Nacho… ¿Dónde está Kuro? –Nath estaba perdiendo la paciencia y se notaba en su voz. No entendía nada y Nacho hablando de que era su culpa. ¿El qué era su culpa?- ¿Por qué lloras? Me asustas… ¿Está bien?
-No. No lo está -Dijo, sin querer mirarle y sin poder dejar de llorar- Lleva sin estar bien mucho tiempo... No quiso decíroslo porque pensaba que mejoraría pero no ha sido así -Nacho alzó la vista un poco, tomando aire- Kuro tiene cáncer, Nath...
Nathan que lo escuchaba frunciendo el ceño se sorprendió, abriendo mucho los ojos ante su última confesión.
-No me está molando la broma. ¿Dónde está él?
-En la habitación...
-Llévame
Nacho tragó saliva y guió a su amigo hasta la habitación donde habían ingresado a Kuro. Nath le fulminaba con la mirada todo el camino. Al abrir la puerta y ver a Kuro en la cama, el chico rubio no pudo evitar echarse a llorar, dejándose resbalar por la puerta hasta el suelo, abrazándose las rodillas. No le gustaba estar ahí. No deberían estar ahí. Tendrían que estar cenando y dándose un baño. Tendrían que estar celebrando San Valentín… Era su día…
Nacho lo observó, agachándose ante él, poniéndole una mano en el hombro.
-Te necesita…
-¿Qué os dijeron? –Preguntó Nath con voz ronca
Nacho le miró, prefiriendo no contestar, levantándose y ayudándole a él.
-Tú sólo... Ve con él
Nacho dejó entrar a su amigo, cerrando la puerta para que se quedaran solos los dos. Nath observó a su novio tendido en la cama, con una escayola en la pierna y conectado a un respiradero y un gotero.
Kuro tenía los ojos cerrados, pero había recuperado la consciencia y se giró al oír la puerta.
-¿Nacho?
-No –Susurró Nath, secándose las lágrimas- Pero puedo dejar que entre e irme yo…
Nathan no quería sonar molesto, pero lo estaba. Todos los celos hacia Nacho habían vuelto y eso le dolía. ¿Por qué se lo había dicho a Nacho y no a él que era su novio? Que llevaban 6 meses juntos…
Kuro miró a su novio, esforzándose por sonreír.
-Nath… -Susurró estirando la mano hacia él
Nath suspiró y se acercó a la cama, cogiendo sus dedos para acabar echado a su lado sin poder aguantar el llanto, abrazándole en silencio. Kuro cerró los ojos. Sabía que iba a llorar, llorando él mismo también.
-Quería decírtelo...
-Pero en vez de a mí se lo dijiste a Nacho…
-Nacho me vio toser sangre el día de tu fiesta y por eso lo sabía; si no él tampoco...
-Dime que saldrá bien –Susurró Nath de pronto, intentando dejar de llorar- Te lo ruego…
-Todo saldrá bien…
Nathan intentó sonreír al oírle decir eso, acariciándole la cara.
-Que sepas que estás castigado sin mus de chocolate. Me lo voy a comer yo todo –Le dijo, con una leve sonrisa y con las lágrimas aun resbalando por sus mejillas-El regalo sí que te lo daré pero me lo he dejado…
-Ya me lo traerás -Susurró Kuro- Tenemos mucho tiempo. Tenemos toda la vida
Nathan le apartó un poco la mascarilla para besarle suavemente, siendo correspondido por el castaño que se la volvió a poner al poco por falta de aire.
-¿Te has enfadado con Nacho?
-No puedo enfadarme porque enfermes pero sí que me enfado porque no me sieras sincero y prefirieras contárselo a él
-Lo siento -Se sinceró Kuro, mirando a otro lado- Creía que me curaría. Quería llevarlo yo solo... No te enfades con él... En realidad no quise meterlo en esto
-Te curarás, amor. Apenas hemos usado la cámara y tenemos que ir de viaje ¿Recuerdas? –Nathan sonrió-No me abandonarás tan fácilmente –Nathan se sentó en la cama, cogiendo su mano- Además te tienes que casar conmigo y adoptaremos a Mini Kuro y a Princeso. Y también tienes que cansarte de mis ronquidos –Nathan se secó las lágrimas con la mano libre-No puedes abandonarme. Nunca te lo dije pero lo nuestro es para siempre –Nath le miró a los ojos, sonriendo aun llorando- No puedes dejar que acabe aquí. Eres mi puta estabilidad. Me volvería loco sin ti. Si no estás no sería feliz –El chico rubio retiró la mascarilla de su novio suavemente, besándole con todo el amor y dulzura que sentía hacia él- Te amo Kuro Skelleton

Kuro le escuchó, dibujando una sonrisa en su rostro, llorando de felicidad y besándole después con suavidad, acariciando su nuca.
-Yo también te amo Nathan. Cumpliremos todo eso. Habrá un niño y un perro y todo lo que desees... Confía en mí...

jueves, 21 de noviembre de 2013

Cáp. 29: St. Valentine.



Al final, Kuro había logrado tener su momento especial con Nathan y muchos otros mejores. Ambos pasaron el resto de las fiestas sin ningún problema. Nacho les informó de que Alex se había ido y ahora tenían más cuidado con los padres de Nath para que no los pillaran; además el rubio había tenido unas palabras con su compañero de deporte que comenzó a ir con más cuidado al acompañar a Kuro al médico.
La vuelta al instituto también había sido mejor. Kuro se había convertido en el protegido del grupo de atletismo por lo que no volvieron a haber miradas de desprecio ni provocaciones.
Aun con todo mejorando, el chico del gorro empeoraba. Su piel se volvía algo más amarillenta, se sentía cansado, enfermo, y los ataques iban a peor. Intentaba por todos los medios disimularlo ante Nathan pero Nacho sabía la verdad: Se moría.
Nathan había dormido solo en su casa esa noche, sus padres estaban en ella; por lo menos cuando se acostó. El chico se levantó mirando el calendario y fijándose bien en la fecha en la que estaban: 14 de febrero.
-“San valentin y no tengo nada que regalarle” -Se dijo mientras salía de su habitación hacia la cocina.
Para su impresión no había nadie salvouna nota de su madre. El chico se apoyó en la encimera y la leyó medio dormido aun.
 "Hijo, tu padre y yo nos hemos ido juntos a celebrar este día. Tienes comida en la nevera y todo lo que necesitas. Volveremos en 2 días. No quemes la casa y no hagas daño a Kuro.
Te quiere.
Tu madre"
-¡SÍ! –Exclamó mientras cogía el teléfono, se sentaba en la encimera y llamaba a su chico
 Kuro había tenido que madrugar para ir al médico antes del instituto. Se encontraba en la sala de espera, más dormido que despierto cuando oyó el teléfono.
El chico se levantó, alejándose un poco, contestando en susurros.
-Hola, cariño. ¿Qué ocurre?
-Uy. ¿Te he despertado? –Preguntó al oírle susurrar-Perdona, mi vida. Quería decirte que tenemos la casa libre y que como es San Valentín podríamos cenar juntos o algo así –Decía mientras se preparaba la leche y los cereales
-¿San Valentín? ¿Eso se celebra? -Susurró el chico al cual esa fiesta no importaba nada pues nunca tuvo con quien celebrarla- ¿Sabes que podrías habérmelo dicho en el instituto?
-Sí pero estaba eufórico –Dijo Nath con dulzura- Venga, duerme un poquito más. Te veré en el insti que hoy entreno antes. Te amo
Nathan colgó sin darle tiempo a que se despidiera. Quería que descansara pues ultimamente no tenía buena cara, parecía enferno o cansado todo el tiempo y eso no le estaba gustando.
Kuro miró el móvil negando con una sonrisa ladeada mientras volvía a su asiento junto a Nacho que se había empeñado en acompañarlo vista su condición física. El deportista ojeaba un par de revistas de la sala de espera, alzando la vista cuando Kuro se acercó.
-¿Era Nath? –Preguntó- ¿Sabes? No me extraña que la gente entre con cara larga si sólo ponen revistas de salud
-¿Tú sabías que hoy era San Valentín? -Le dijo mientras se sentaba
Nacho le miró, riendo a carcajadas, recibiendo un reproche de parte de la demás gente y pidiendo perdón con una sonrisa.
-¿Qué te creías que los globos y las guirnaldas eran por ti? –Le dijo Nacho a Kuro
-¿Sabes que me fijo muy poco en esas cosas? – Se burló sacándole la lengua- ¿Y tú qué me has comprado eh?
-Ah, no te lo digo –Bromeó Nacho, cruzándose de brazos- ¿Sabes? A Nath le encanta este día, le pone feliz
-¿Con cuántos lo ha celebrado?
-Con nadie pero siempre solía regalarme unos calzoncillos cutres y me decía que esa noche quería vérmelos puestos. Es su broma anual.
-Y tú tan deseoso de que algún día se cumpliera -Se cruza de piernas, cogiendo una revista
-La verdad es que nunca le tomé en serio –Nacho le dio un empujón suave- No estés celoso. Él te ama y yo sólo soy un amigo
-No lo estoy. Creo que te dejó claro que me amaba -Kuro suspiró- Tengo miedo, eso es todo
-¿De qué? –Dijo Nacho, acariciándole la mano
-Estoy empeorando... Nacho... ¿Qué pasará si...?
Kuro no pudo acabar la pregunta cuando la enfermera salió llamándole. Kuro se levantó mirando a Nacho.
-¿Me acompañas o esperas?
-¿Me dirás la verdad cuando salgas? –Nacho le miró de forma dulce y le hizo una seña- Ellos te cuidarán bien. Te esperaré aquí para cuando vengas
Kuro le miró y asintió siguiendo a la enfermera. La mujer le guió hasta la consulta de la doctora que al verle sonrió con la mayor dulzura posible.
-Siéntate, cariño
Kuro la miró, sentándose ante la mesa. La mujer lo miró con ternura, como si se tratara de su hijo y Kuro supo que algo no iba bien.
-Pasa algo... ¿Verdad?
La mujer abrió mucho los ojos y suspiró levemente, mirándole a los ojos

-Kuro... Vamos a tener que dejar el tratamiento -El corazón del chico dio un vuelco y se le saltaron las lágrimas- No mejoras y nosotros no podemos hacer más... Estás muy avanzado... Podríamos operarte pero...
-¡Opérenme! -Suplicó Kuro- Por favor...
-Cariño aunque te operemos no tiene por qué salir bien... Pero haremos lo posible... Sigue tomándote la medicina para evitar las nauseas y te llamaremos cuando sepamos algo. Lo siento mucho. Eres muy joven...
Kuro no quería que se apiadara de él así que pidió permiso, se levantó con los nuevos informes, salió a la sala de espera, y sin dirigir palabra a Nacho ni controlar las lágrimas cogió la mochila y salió del hospital.
Nacho abrió mucho los ojos pues la verdad habría pasado como 10 min máximo desde que entró hasta que salió pitando. El deportista cogió las cosas saliendo tras él con cierta prisa.
-¡Eh! ¡Eh! Que no has venido solo... ¿Qué te ocurre? –Dijo Nacho, estirando el brazo para coger el de él parándole.
Kuro se giró con los ojos inundados en lágrimas cuando le agarró. Le miró un momento, abrazándose a él sin poder aguantar el llanto.
-H-han cancelado el tratamiento. No me ven oportunidad...
Nacho sintió una punzada en el pecho pero no podía derrumbarse. Tenía que ser fuerte para él. El deportista lo abrazó, acariciándole el pelo con cuidado.
-Podemos ir a que te miren otros –Le sugirió- O ir al extranjero… Alguien privado –Nacho cogió la cara de Kuro, secándole las lágrimas-No estás solo pero ahora sí que deberíamos decírselo. No podemos ocultárselo más
-Le joderé San Valentín... ¿Cómo voy a decírselo? ¿Qué voy a hacer?
-Enséñale los informes… Dale tiempo para poder cuidarte… Aunque quizá no te mu… -Nacho intentaba continuar pero no podía. El deportista se cubrió los ojos, secándose las lágrimas- Joder esto es un asco. No es justo…
Kuro se sorprendió al verlo así y dejó de llorar casi al momento.
-¿Q-qué te pasa a ti?
-Todo el tiempo que hemos pasado juntos...Todos estos meses guardando el secreto contigo… -Nacho se limpió las lágrimas, mirándole mientras se mordía el labio- Lo siento... -Nacho cogió con suavidad las mejillas de Kuro y le besó con dulzura
Kuro se sorprendió, apartándole prácticamente al momento, confuso, muy confuso.
-¿Tú estás tarado? ¿No te gustaba Nathan?
Nacho se mordió los labios, negando.
-Lo siento, no podía más –Dijo, echando a andar
-P-pero... ¿¡Te me puedes explicar!? -Exclamó al ver que se había alejado bastante, siguiéndole
Nacho se detuvo y cogió aire, girándose hacia él, mirándole fijamente. Kuro lo observó, parado delante, atento a su explicación.
-Todo empezó cuando os ingresaron a ti y a Nathan. Ambos estabais en la misma cama y tú te escondías tras él; no querías ni mirarme pero cuando lo hiciste se me quedó grabado –Confesó, frotándose el brazo- Cuando te vi con la camiseta de atletismo en casa de Nathan y las marcas en tu cuerpo sentí celos porque pudo recorrer tu cuerpo. Sinceramente, al principio te veía como algo bonito que follarse una vez en la vida por lo menos –Kuro alzó una ceja y Nacho alzó la mano para que no hablara-Luego comenzaste a confiar en mí, a quedar a escondidas… Es verdad que era para ir al médico o comprarle regalos a Nath… Pero era tiempo contigo. Te conocí mejor, vi tu personalidad, lo dulce que eres y me sentía mejor… Y ahora no quiero hacerme a la idea de que puedas desaparecer. Y lo peor no es sentir esto si no que al contártelo tú te alejes y ya sí que no pueda tener más oportunidad para estar a tu lado. No me hace falta estar contigo… Sólo tenerte cerca…
Kuro no se podía creer lo que estaba oyendo y de hecho le costó hilar los cabos.
-Pero... Besaste a Nath... Y también me contaba que te ponías celoso de mí y...  -Kuro le miró llorar y se mordió el labio, abrazándole- Perdóname por implicarte en todo esto
-Perdóname tú a mí por ser tan egoísta… -Nacho suspiró correspondiendo- Lo de Nath fue antes de ver estas cosas que haces; como por ejemplo lo de ahora… Tú estás como una mierda  estás pendiente de mí. Eres una persona preciosa
-Prefiero pensar que te gusta mi novio -Dijo Kuro con cierto rubor- Ahora no sé cómo pedirte que me ayudes con su regalo -Kuro suspiró y miró la hora- ¡Joder! ¡Llegamos tarde!
El chico castaño agarró al otro del brazo, echando a correr hacia el instituto. La confesión de Nacho le había hecho olvidar por ese momento su problema pero no faltaría mucho para rememorarlo.
Nacho se dejó arrastrar unos metros para luego coger él la iniciativa y arrastrar a Kuro pues él tenía más especialidad corriendo. El deportista tiró de su compañero sin parar de correr hasta llegar al instituto. Kuro frenó al llegar, tosiendo del flato como le solía pasar.
-Que mierda. Hasta Kandy aguanta mejor esto que yo -Dijo, apoyándose en la pared con el sudor recorriéndole la frente
Nacho rió suave y sacó un pañuelo con sus iniciales, limpiándole el sudor.
-A ver. Respira conmigo: Un mississipi… Dos mississipis
-¡Anda ya! -Kuro le dio un empujón con una sonrisa, incorporándose- Tengo que llamar a Nath. Estará preocupado
-Vale, pero límpiate la cara que parece que hayas corrido un maratón –Nacho sonrió, dándole su pañuelo- Quédatelo. Es mi regalo de San Valentin; y si esta tarde tienes un hueco, me gustaría darte otro –El chico besó su mejilla y se colocó la mochila- Tengo que ir a la taquilla. Nos vemos
Nacho se fue corriendo mientras Kuro se llevaba la mano a la mejilla. El chico castaño negó con una sonrisa y marcó el móvil de su novio que estaba cogiendo los libros de la taquilla. Al ver la llamada no dudó en cogerlo.
-Hola, mi amor ¿Dónde estabas?
-Me quedé dormido al final. ¿Dónde estás? Me gustaría saludarte antes de ir a clase...
-Pues estoy en las taquillas y…
-¡Perfecto! ¡No te muevas! ¡Espérame!
Kuro colgó, guardando el pañuelo de Nacho mientras corría hacia las taquillas, encontrando a su Nath que al verle sonrió, besándolo y abrazándolo; siendo correspondido por el castaño.
-Perdóname, soy una marmota –Dijo Kuro una vez dejó de besarle
-No te preocupes –Dijo el rubio, jugando con sus rizos-¿Entonces pasarás San Valentín conmigo esta noche? Cena, peli…
-Claro. Lo estoy deseando. Pero no tengo regalo... Te lo debo
-Tú eres mi regalo –Susurró Nath, lamiendo suavemente el labio de su novio-Vamos a clase, se nos hace tarde
Kuro enrojeció, relamiéndose donde él había lamido y asintió, dejando que le acompañara a la puerta del aula.
-Te veré en el almuerzo. Y me quedaré en el entrenamiento
-Perfecto –Nath le dio un último beso y un suave azote- Sé bueno
Kuro sonrió despidiéndose y entró en la clase sentándose junto a su hermana, pasando la mañana con total tranquilidad.
Las clases pasaron bastante rápido para el gusto de Kuro aunque tampoco le molestaba pues así pasaba más tiempo con Nathan.
-¿Qué le has regalado a Natsu por San Valentin? -Preguntó el castaño mientras se dirigía a la cafetería con Kou 
-Tiene un ramo de flores en casa -dijo ella, sonriendo- Lo verá al llegar
-Yo cenaré y pasaré la noche con Nath -Kuro tosió un poco y Kou le dio unos golpecitos en el hombro
-Despacito -Dijo ella, acostumbrada ya a sus toses
Kuro asintió calmándose y, de pronto, los informes volvieron a su cabeza.
-Oye, Kou... Tengo... Que contaros algo lue...
Kuro no acabó, viéndose interrumpido por unas manos que le tapaban los ojos. Nathan miró a Kou con complicidad mientras cubría los ojos de su novio, hablando en susurros mientras le daba besos en la nuca.
-Si adivinas quien soy hoy tendrás un precioso día de San Valentín
Kuro sonrió, estremeciéndose un poco. Era obvio que le reconocía por su aroma, su tacto y sus besos. El chico rió, negando.
-Eres un bobo, Nathan
-Puede ser. Pero soy tu bobo –Contestó mientras reía-¿Qué almorzaremos hoy?
-Depende de tu prima -Contestó Kou mientras la esperaba-Pero no tengo ni idea de donde está
-Creo que por ahí viene –Mencionó Kuro al ver como Natsu se acercaba corriendo con una carta y una flor
-¡Feliz San Valentín! –Dijo mientras se lanzaba a los brazos de su novia
Kou la abrazó y miró las cosas, besándola tras una suave risa. Kuro sonrió, abrazándose a Nath.
-¿Se nos ve a nosotros así a ojos de los demás? -Le preguntó mientras ellas se besaban y disfrutaban
-Se nos ve mejor –Susurró Nath, besando su mejilla- Cojamos la comida y salgamos que se nos hace tarde –Dijo dando una lamida a su labios
Kuro sonrió, mordiendo su lengua con suavidad, cogiendo un sandwich y un refresco mientras que Nath cogía su comida.
Ambas parejas salieron al patio, sentándose en un trozo de cesped. Kou y Natsu hablaban y se daban la comida la una a la otra mientras Kuro se acomodaba en los brazos de Nath que se entretenía dándole besitos en el cuello.
-Entonces… ¿Te veo esta noche a eso de las 9? Así me da tiempo a preparar todo –Decía el rubio, jugando con sus rizos
Kuro asentía mientras comía, mirándole después.
-Tengo muchas ganas
-Yo también –Reconoció Nath, sonriendo- Y no me compres nada, que te conozco
-Vale no lo haré -Sonrió besándole, mirando a la otra pareja después- ¿Alguien ha visto a Kandy?
-Estará por ahí con Jak cambiando los chocolates por laxantes o algo así -Dijo Kou
-No sé que futuro le espera
-Bueno siempre estará su hermano mayor para corregirla -Comentó Nath a lo que el chico se mordió el labio sin que le viera. El chico rubio besó su cabeza y le dio una caricia en la mejilla- Tengo que ir a cambiarme para entrenar. Os veré en un ratito –Dijo levantándose con cuidado, girándose a las chicas- Me lo cuidáis ¿Eh?
-Adiós –Se despidieron ellas mientras Nath volvía hacia la taquilla a por la ropa
Kuro suspiró, mirándole hasta que se fue, girándose después a Natsu y Kou.
-Chicas... Tengo algo que enseñaros
Kuro metió la mano en la mochila, sacando el informe y entregándoselo. Kou y Natsu cogieron el papel, leyéndolo sin poder ocultar su impresión. La castaña abrió mucho los ojos, saltándosele las lágrimas.
-¿Qué quiere decir esto? -Preguntó, al borde del llanto-¿C-cuánto te...?
-¿Queda? No lo sé... Estoy intentando que me operen... -Kuro evitó mirar a su hermana por no derrumbarse él- No quiero que Nath lo sepa hasta esta noche...
Kou y Natsu se miraron y le miraron a él después. La peliazulada no pudo evitar abalanzarse sobre él, mordiéndose los labios con fuerza.
-V-vamos a hacer lo posible para que te operen –Le susurró- Todo saldrá bien, ya lo verás; y no se lo diremos a nadie –Natsu se separó mirando a Kou que no podía evitar ocultar el llanto-Tranquila, amor. Haremos que se cure
Kuro correspondió al abrazo agradecido, sonriendo a su gemela después de que Natsu se separara.
-No llores...Recuerda que nunca me pasa nada...
-¿Sabes lo que vale esa operación?
-Encontraremos la forma -Susurró su gemelo, acariciándole el pelo- Ya lo verás...
-Lo arreglaremos. Somos una familia –Dijo Natsu, sonriéndoles
-Y lo vamos a ser siempre. Pase lo que pase
Kuro abrazó a ambas chica. No sabía si de verdad se arreglaría o lo que pasaría, pero debía intentar mantenerse fuerte por ellas... Por su familia.